La apuesta por los Gobiernos Abiertos no puede, ni debe, ser la simple ejecución de un proyecto sin más, al contrario, debe tener un encaje claro en nuestro sistema educativo para propiciar el aprendizaje y adquisición de valores en las próximas generaciones relativos a esta nueva forma de entender el estado democrático y la implicación de una nueva ciudadanía más comprometida e interesada por todo este sistema que nos rodea y engloba.
La apertura de los gobiernos y las administraciones públicas tiene que también comenzar desde los centros educativos con el objetivo de construir ciudadanos más transparentes, más participativos y más comprometidos. Es precisamente en las escuelas donde estos valores tienen que comenzar a cobrar mayor protagonismo a través de las situaciones de aprendizaje que sólo en el entorno del aula se hace realidad. No sólo se debe trabajar en conseguir el Gobierno Abierto ahora, en estos momentos, sino diseñar hoy el futuro, y eso, únicamente se puede lograr si hoy formamos a esos potenciales ciudadanos del mañana.
Debemos enseñar a nuestros alumnos a ser curiosos, a desear conocer la información, a valorar la transparencia como un valor humano no sólo de los demás, sino de nosotros mismos. Debemos enseñar a nuestros alumnos a ser participativos, a permanecer pasivos antes las situaciones que suceden en sus vidas, a valorar la participación como una herramienta en sus vidas que le ayuden a descubrir y cambiar su propio destino. Y por último, debemos enseñar a nuestros alumnos a ser colaboradores, a ser corresponsables de todo lo que sucede y de intervenir cuando sea necesario porque existen cosas que "son de todos" y como tal todos debemos aportar y sugerir en la toma de decisiones que nos implican a todos, a valorar la colaboración como una forma de entender la vida y la única manera de mejorar activamente nuestro entorno social y familiar.
Lógicamente Gobierno Abierto en los centros educativos no está sólo en enseñar a nuestros alumnos esos valores que aporta, sino igualmente dando ejemplo de ejecutar el Gobierno Abierto en todo aquello que tenga que ver con la dirección y gestión de los centros educativos. Los niños y niñas tienen que percibir que lo que se les está enseñando en el aula tiene una correlación con lo que está sucediendo en su centro. Sus hermanos que participen, que sus padres tengan toda la transparencia necesaria para poder colaborar y ser partícipes de las decisiones que se puedan tomar, e incluso participar para poder ofrecer ideas que por todos puedan ser aceptadas para mejora de la calidad educativa del centro de sus hijos estudian y se hacen personas.
Esta es una gran apuesta en la que todos tenemos cabida, todos tenemos protagonismo y todo debemos tener la implicación necesaria para que este proyecto, más tarde o más temprano pueda ser una realidad que provoque que podamos contar con una ciudadanía más involucrada "en todo y en lo de todos". De nada vale enseñar en las aulas si luego, fuera de ellas, no damos el ejemplo necesario.
Concluyo con una opinión muy personal en base a mi experiencia profesional como docente de secundaria. Son muchos los centros por los cuales he ido dando clase y ganando experiencia y he de reconocer que hoy, gracias a este curso, he tomado conciencia de que realmente existen muchos centros educativos, que sin querer, y sin saber, hacen Gobierno Abierto en sus centros. Y es que realmente Gobierno Abierto en un centro educativo es lo que muchos equipos directivos y claustros hacen porque con la implicación de toda una comunidad educativa se consigue que un centro funcione mucho mejor.
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